1 feb 2022
No hay transformación digital sin liderazgo
Una transformación digital es un hito importante para cualquier organización porque implica el cambio trascendental y total hacía algo desconocido por medio de un largo proceso lleno de aprendizajes y sorpresas. Por lo mismo, como no sólo implica prender un switch, las transformaciones digitales deben ir de la mano de un gran liderazgo. Y, de la misma forma, como implica mucho más que un cambio parcial, este liderazgo se manifiesta de más de una manera y le compete a más de una persona.
Una transformación digital exitosa es el reflejo de un liderazgo colectivo, eficiente y proactivo. En este sentido, por medio de una vasta experiencia empírica tras realizar decenas de proyectos en distintas industrias y tipos de organizaciones, en Konfront hemos identificado los tipos de liderazgo que pueden manifestarse en un proyecto transformacional de envergadura. A continuación, mapeamos las formas en las que cuatro roles distintos lideran el cambio digital.
Directivos
La alta dirección suele ser quien activa o frena la transformación digital. Emprender una aventura digital implica que la dirección sea capaz de convencerse a sí mismo sobre el hecho de que las cosas pueden mejorar y, además, que las herramientas correctas para hacerlo son aquellas que radican en la vanguardia de la tecnología.
Por ello, la directiva debe estar convencida que la transformación digital es una ruta estratégica para mantenerse vigentes con los nuevos retos del mercado y de la competencia y, sobre todo, para cumplir con sus responsabilidades ante todos sus grupos de interés. Darse cuenta de esto y brindar el famoso buy-in refleja liderazgo institucional porque significa que nadie, ni los de hasta arriba, se están durmiendo en sus laureles. En este sentido, el liderazgo de los directivos consiste en identificar la necesidad de una transformación digital, apoyarse durante la implementación en expertos en el tema y elegir champions internos y/o externos porque habilita a los miembros de la organización a generar impacto. Para que el proyecto tenga éxito, los directivos deben tener trazabilidad, rendición de cuentas y ser parte de las decisiones estratégicas. Adicionalmente, la experiencia y los conocimientos de los directivos son todo menos irrelevantes, pues plasmarlos en una visión ambiciosa y realista es la otra gran forma en la que pueden demostrar su liderazgo. Sin una brújula a alto nivel que guíe la transformación digital hacía un gran objetivo, ningún proyecto será exitoso. Y, como cualquier gran líder, los directivos deben contar con la buena suerte de escoger el tiempo indicado y la forma correcta. Nadie puede predecir si aprobar un proyecto de transformación digital es la decisión correcta, pero saber cuándo y por qué tomar esos saltos de fe es, nuevamente, una señal de liderazgo.
Organizadores
Una transformación digital de punta a punta requiere de personas capaces de organizar cada fase del proyecto y facilitar el trabajo de todas las personas involucradas. En principio, esta responsabilidad consiste en idear y ejecutar documentos de trabajo, pero materializarlos en un desarrollo tecnológico funcional, integral y eficiente no se hace por medio de un solo correo con varios documentos en adjunto. El liderazgo del organizador se manifiesta por medio de una serie de actitudes que engloban y benefician a todos los involucrados. En primera instancia, el organizador debe asegurarse que todos cuenten con los recursos y dispongan del ambiente idóneo para desempeñarse de la mejor forma.
Esto en ocasiones requerirá que el organizador mueva montañas por su equipo y también le demandará tener un alto y profundo grado de entendimiento de cada individuo. Aunado a esto, el organizador deberá poder romper con las barreras de comunicación creadas accidentalmente entre áreas o colaboradores para poder establecer un ambiente horizontal de cooperación. Esto se logrará de distintas formas, a veces con carisma y simpatía, y otras veces con perseverancia. De igual forma, es indispensable para el organizador transmitir disciplina y profesionalismo para cumplir los objetivos de cada sprint y fase de desarrollo. Por último, liderar una transformación digital desde la perspectiva del organizador conlleva poder adaptar el plan de trabajo sobre la marcha, lo cual implica incluir todas las voces y puntos de vista, ser flexibles y aprender rápidamente de los errores, y dar visibilidad de obstáculos y riesgos con inteligencia y de forma anticipada. Todas estas son aptitudes necesarias de liderazgo para organizar el proyecto hacía los objetivos esperados.
Implementadores
Materializar la transformación digital de forma exitosa tampoco es un acto de magia. Más bien, es una disciplina constante y paciente de un grupo de personas que deben recordarse a sí mismos que cuentan con las capacidades de realizar la encomienda.
Enfrentarse con un proyecto faraónico no es fácil porque puede generar ansiedad y frustración, incluso para los mejores ingenieros, desarrolladores y analistas. Se les ha depositado una gran responsabilidad y claramente nadie quiere fallar. Por ello, saber que sí se puede y vencer el síndrome del impostor es un gran reto de liderazgo porque significa que son capaces de confiar en ellos mismos, de trabajar en equipo y de tener gran disciplina y dinamismo para afrontar los retos más abrumadores. En paralelo, los implementadores deben lidiar con otro fenómeno retador que es diametralmente opuesto al primero: evitar pensar que lo saben todo. Puede ser que sean los mejores en lo que saben hacer, pero no significa que tengan mayor conocimiento organizacional que otros colegas, aun cuando ellos no sepan nada de tecnología. Tampoco significa que sepan lo que el usuario final quiere o necesita. Por ello, liderar un proyecto de transformación digital desde la implementación implica ser empático, una aptitud innata del liderazgo.
Operadores
Al final del día, la primera promesa de la transformación digital es alcanzar una plataforma o aplicación. Sin embargo, la entrega del desarrollo no significa nada si las personas encargadas de operar no superan ciertos miedos inherentes al cambio. El miedo a ser reemplazados por la tecnología debe enfrentarse con una mente abierta y una confianza de poder superarse a sí mismo. La respuesta al miedo de lo desconocido comprende tener motivación y tolerancia a la frustración de aprender algo nuevo. Otro miedo radica en no querer comunicar errores y problemas acerca de un proyecto tan importante y que implicó tantos recursos, pero requiere de un coraje respetable. Todas estas actitudes son auténticas muestras de liderazgo y son invaluables para cualquier organización en transformación.
Las reflexiones de este artículo son producto de observación y aprendizaje. Si bien no representan todas las formas en las que se lidera un proyecto de transformación digital, sí aspiran a comunicar que la tecnología siempre va acompañada de liderazgo. En Konfront, nos hemos especializado en ayudar a organizaciones que buscan liderar en sus mercados a desarrollar soluciones digitales 4 veces más rápido que una fábrica de software tradicional y a un tercio del costo. Si hoy estás buscando iniciar una transformación digital, nos gustaría explorar cómo podemos agregarte valor.